Esta es Ginger.
Es nuestra perrita. Aunque creo que nunca he hablado de ella en el blog, los que me seguís en Instagram (@perdidatiffanys) habéis visto muchas fotos y momentos con ella. La queremos con locura. Convivir con un perro enseña muchas cosas de la vida que deberíamos aplicar en muchos momentos. A saber:
1. Ser feliz con lo que hay
Ginger es feliz en cualquier momento. Que toca sofá, pues sofá. Que tenemos una pelota, pues tan ricamente. Que no hay pelota y nos tenemos que conformar con un palito del parque, pues genial. Que toca hacer ejercicio en la playa, pues a disfrutarlo. Que toca gripe y me paso el día en la cama, pues a mi lado de guardia. Se adapta a todo y disfruta todo.
Cuántas veces veo gente que se queja por costumbre, cuando la mayoría de problemas o agobios que tenemos tienen una solución bien fácil. Que no hay tantos problemas, de verdad!!. Hay que buscar la diversión en las cosas pequeñas.
¡Ah! Y los malos ratos se olvidan según han pasado. ¡¡Ginger vive el presente!!
2. Darlo todo en cada momento
Ginger es 'monotarea'. Sólo hace una cosa cada vez. Pero todo su ser se vuelca en lo que sea que esté haciendo. Muchas veces nos perdemos en intentar hacer muchas cosas y llegar a todo, y al final, no hacemos ninguna bien del todo, y tampoco lo hemos disfrutado.
3. Dar gusto al cuerpo
Es verdad que con las obligaciones de hoy en día, es difícil poder vivir escuchando los ritmos que marca el cuerpo, pero deberíamos intentarlo en la medida de lo posible. ¿Cuántas veces nos vamos tarde a la cama, sin ningún motivo de peso, y perdemos unas horas preciosas de sueño?, ¿cuántas veces atendemos alguna obligación que podríamos postponer, y no nos sentamos a pensar o relajarnos, lo que nos beneficia mucho más?.
Ginger se rige por sus ritmos internos. Cuando tiene hambre, come. Cuando tiene sueño, duerme. Si quiere mimos, los pide. Y cuando quiere jugar, ¡te obliga a jugar!.
Y otra cosa, el ejercicio es super importante: para los perros y para las personas. Ellos buscan correr y ejercitarse de forma natural, nosotros nos hemos vuelto más vagos, pero los beneficios son inmensos ¡Hay que moverse!
4. Querer sin condición
Ginger nos ha entregado su corazón, y ya está. Da igual lo que hagamos, nos quiere y nos cuida. Si la reñimos, si le hacemos daño con una cura cuando se hace alguna herida, si la dejamos sola en casa, si no le damos chuches o de nuestra comida, si va atada por la calle, si la bañamos (odia que la bañen) ... todo eso son cosas 'malas' que la hacemos, pero ella se deja y nos sigue queriendo igual (por eso es tan cruel el maltrato de un dueño a su perro, porque además del daño físico, el perro lo asume como norma de convivencia con la persona a la que se ha entregado).
Querer a las personas (familia, pareja o amigos), es difícil a veces: problemas, manías, comportamientos inadecuados, palabras poco convenientes ..... Pero hay que saber escuchar al corazón, pensar que esa persona tiene también sus problemas y sus razones, e intentar ponerse en el lugar del otro. Tener gente a la que querer y que te quiere es lo mejor de este mundo, una de las razones por las que vivir. Hay que tratar de cuidar esto.
(Nosotros somos personas, no perros. Por favor, que nadie entienda de mis palabras que hay que aguantar relaciones tóxicas, dañinas o peligrosas. Los abusos hay que denunciarlos y alejarse de ellos. Yo sólo estoy hablando de pasar malos días y superar los problemas de conviviencia).
5. Recibir con alegría al que llega a casa
Una de las mejores cosas de tener un perro es cómo te recibe cuando entras por la puerta. Saltos, lametones y alegría desbordante ... ¡¡aunque te hayas ausentado media hora!!!
Cuando llego a casa y no está Ginger, echo de menos que alguien venga a recibirme. Así que ahora, cuando llega alguien a casa, lo recibo con besos, y abrazos y mucha alegría (sobre todo a mi chico). Es algo muy fácil de hacer, y os aseguro que saca una sonrisa a cualquiera, por muy mal día que haya tenido.
(Aprovecho este post 'perruno' para recordar que tener un perro es una responsabilidad, no un capricho, y una responsabilidad para muchos años. Y que hay muchos perros que necesitan un hogar, por eso es mejor adoptar que comprar. Nosotros adoptamos a Ginger en una protectora de Bilbao (A.P.A. SOS Bilbao), pero existen asociaciones de este tipo por todas partes, seguro que tenéis alguna cerca. Y sobre todo asesoraos bien antes de dar un paso así. Es mejor que no tengáis perro a que lo tengáis de forma irresponsable)
Por supuesto, Ginger tiene sus defectos: es cabezota y se obsesiona con la comida. Pero lo dicho, la queremos sin condición, como ella a nosotros.
¿Tenéis perro?, ¿su comportamiento os inspira de alguna manera?
(Todas las fotos son propiedad de 'Perdida en Tiffany's')